viernes, 2 de octubre de 2009

Vamos por los 52


DIA 1
Nehemías 1: 1-4


Entorno histórico del libro:
587 a.C. Nabucodonosor, rey de Babilonia, invade Jerusalén con todo su ejército. Destruyó la ciudad, quemó el templo, derrumbó la muralla, y asesinó a gran parte de sus habitantes.
Toma algunos de los sobrevivientes, especialmente a los más poderosos e importantes en Jerusalén y los lleva desterrados a Babilonia.

538 a.C. Ciro, rey del momento, promulga un decreto en el cual permite a los israelitas volver a Jerusalén a reconstruir el templo y repoblar la ciudad.
Toman 20 años en reconstruir el templo.
Pero algunas partes de la ciudad, incluidas las murallas, quedan aún destruidas.

Nehemías se presenta aquí 140 años después de la invasión de Jerusalén. Él vive a 1.200 Km. de Jerusalén , en la ciudad de Susa.
Y nos enseña en estos pasajes grandes características de su corazón, que nos sirven de gran ayuda para ser parte de los reconstructores espirituales de Chile.

1. (v.2) Cuando llega su hermano Hananí de Jerusalén, lo primero que Nehemías hace es preguntarle por la ciudad. Él había nacido en el destierro. No tenía ningún nexo con ellos. Había crecido en otro pueblo, otra cultura. No conocía Jerusalén, pero sabía que allí vivían sus compatriotas. Él amaba a un pueblo que ni siquiera conocía. Era evidentemente un hombre que amaba tanto a su raza, que soñaba con verlos mejor. (Isaías 62. 1- 5)

¿Cómo es mi amor para Chile?
¿ Estoy interesado en conocer la realidad del país, o simplemente me aíslo y me haces indiferente ante el dolor de otros?
• Frecuentemente nuestros corazones pueden encerrarse en nuestro “ mundo” dentro de la iglesia; nos acostumbramos a nuestras amistades, a tener personas junto a nosotros preocupándose, aconsejándonos, o el compartir en las reuniones, o el recibir abrazos o notas. Y nos olvidamos que afuera no existen gran parte de estas cosas. Como veremos mas adelante Nehemías estaba en una situación bastante cómoda y privilegiada y sin embargo no se olvidó de sus compatriotas.
• Es muy retante amar a quien no conozco, pero es la realidad de cómo vamos a llegar a cada rincón del país.
2. (v. 3) La respuesta que recibió era muy desalentadora: Aunque 93 años antes su pueblo había regresado a Jerusalén , aún estaban en una situación muy deplorable. La muralla era la única defensa que tenían contra los ataques de los enemigos o de los animales salvajes.; y permanecía destruida.
Es como vivir en una casa firme pero sin puertas. En cualquier momento puede ser robada. Así estaba Jerusalén.
• La realidad espiritual de Chile es muy parecida a la muralla de Jerusalén . Los valores espirituales están derrumbados frente a la religiosidad, el consumismo, el materialismo, la infidelidad, la drogadicción, la inmoralidad, el homosexualismo, el odio, los rencores, el egoísmo. Cada Chileno está indefenso frente a los ataques de Satanás; es evidente la manera como el está venciendo en muchas vidas. . No necesitamos ir muy lejos: en nuestras propias familias, amigos, vecinos, compañeros, se vislumbra la realidad espiritual de Chile. Pero muchas veces estoy ausente o anestesiado ante esta realidad. Aún dentro de la iglesia tenemos personas en necesidad. Debo preguntarme sinceramente. ¿ qué estoy haciendo por los demás?
• Los israelitas se acostumbraron a ver las murallas destruidas, y su ciudad en ruinas. Muchos se han acostumbrado a ver la pobreza espiritual del país. ¿Me he acostumbrado a vivir entre ruinas espirituales?.
3. (v.4) Nehemías no preguntó por simple curiosidad, o como una cosa rutinaria , acerca de lo que sucedía con Jerusalén. El realmente estaba interesado por la situación.
¿Cuantas veces hago preguntas de “rutina “ – ¿cómo estás?, ¿cómo sigues? – sin darle importancia realmente la respuesta? No es natural tener el corazón para pensar en las necesidades de los demás. Generalmente es mucho más fácil y sencillo pensar en mí mismo.
¿Hay ocasiones en que estoy tan ocupado en mis asuntos que olvido tener algunos minutos para escuchar a otros? Si, pienso que pasa muchas veces.

Hoy en mi tiempo de oración voy a meditar sobre mi disposición para los demás, y pedirle a Dios ayuda para hacer los cambios que necesito en mi corazón.

Si me estás acompañando, te deseo un gran tiempo de oración y un día muy especial

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