lunes, 12 de octubre de 2009

Vamos por los 52 - Día 13

Día 13
Nehemías 4:6


Es importante que rescatemos de nuevo temas que ya hemos descubierto de Nehemías. Esto nos ayuda a reconocer que no eran momentos aislados, sino parte de su carácter.

Nehemías oró a Dios y le expresó cómo se sentía. Y su devoción produjo acción.
* Necesitamos aprender a encontrar en nuestra devoción la fuerza, motivación y determinación para avanzar. Generalmente cuando reaccionamos de una manera errada frente a las dificultades, problemas, oposición, persecución, nuestra reacción nos frena, nos impide avanzar. ya sea que nuestra respuesta sea enojo, temor, orgullo, nos quedamos estancados y dejamos de avanzar.
Pero aún muchas veces oramos pero no avanzamos. Nehemías nos enseña que hay una relación entre ir a Dios y hacer la voluntad de Dios.

La actitud de Nehemías fue de gran influencia para todo el pueblo. No solo lo hizo continuar a el sino también al resto del pueblo.
Estamos hablando de un hombre que acababa de llegar a una ciudad que llevaba años así, y ya estaba teniendo una gran influencia en los habitantes.
Tenemos la oportunidad de influenciar a otros. Nuestro ejemplo de vida y nuestra devoción pueden producir respuestas en los corazones de otros a nuestro alrededor.

Su devoción y dependencia de Dios produjo entusiasmo y unión en el trabajo hasta el punto de reconstruir y llegar a la mitad de la muralla.
Es interesante resaltar dos palabras en este versículo. Primero, el entusiasmo en su trabajo, ya que de por sí la reconstrucción del muro debía ser bastante tediosa y agotadora. Había lugares donde debían tapar huecos, otros remover escombros y levantar completamente de nuevo. Era física y emocionalmente agotador.
¿Qué producía entusiasmo en esta gente?¿Qué produce entusiasmo en mi?
¿Cómo podemos influenciar y entusiasmar a otros?
Es obvio que en el caso de Nehemías era algo más allá que su personalidad . Tenía que ver con quien El era, con la seguridad y fe que trasmitía al pueblo como fruto de su propia devoción y fe en Dios.
Su determinación, constancia y ánimo personal para el trabajo, debía ser una fuente de ánimo para otros.
Llegamos aquí al punto de mirarnos a nosotros mismos. ¿Estoy transmitiendo fe, ánimo, devoción a los que están a mi alrededor?¿ a mi familia, amigos, compañeros?¿a la iglesia?.
Pero aún más allá . ¿Es necesario que yo sea así?
Si queremos reconstruir la muralla, necesitamos tener la capacidad de animar a otros, de darles la fortaleza para vencer sus temores, de superar las barreras de su fe, de convertirse en hombres y mujeres devotos.
Y para que esto pase, primero necesitamos ser esto nosotros. Y si no lo tenemos los podemos tener. En este gimnasio espiritual en el que estamos a través de los estudios de Nehemías, podemos pedir y permitir a Dios que forme nuestro carácter.

• Es tiempo que entendamos espiritualmente la posición que nos da Dios delante del mundo (Mateo 5:13-16). Para Dios nosotros somos líderes, porque con nuestras vidas tenemos la capacidad de influenciar a los que nos rodean. Somos sal y luz para un mundo desabrido y en oscuridad. Hermanos, nuestra oración, nuestra espiritualidad influencia a toda una nación. Nuestras oraciones, nuestra fe y confianza en Dios puede influir notablemente en el ánimo y disposición de tu familia, tus amigos, compañeros, aún en la iglesia, para entregar su corazón al servicio de Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario