miércoles, 28 de octubre de 2009

Vamos por los 52 - Día 29

Día 29
Nehemías 7:5-73

El pueblo israelita Jerusalén estaba totalmente desorganizado y esto le quitaba solidez. Nehemías fue impulsado por Dios para hacer el empadronamiento, y saber cuántos eran exactamente, de que familias, y organizarlos estratégicamente. Al hacerlo encontró el libro del registro familiar de los que habían llegado con Zorobabel.

El libro contiene las memorias que identifican a estos repatriados con los descendientes de las doce tribus de Israel; son su acercamiento como pueblo escogido de Dios, como descendientes de las promesas a sus antepasados. Piensa lo importante que era para ellos encontrar los nombres de sus familias en esta lista, y reconocer en ella la realidad de los planes de Dios para su pueblo. Era un retorno a sus raíces, más que genealógicas, espirituales.

La lista muestra como para Dios son tan importantes cada uno de los nombres, y la cantidad de cada familia. Para Dios somos importantes, cada alma cuenta en Su reino . Antes de conocer de Dios, muchos de nosotros no le importábamos mayormente a otros, tanto como para preocuparse de como estás, cómo va tu relación con Dios, cómo está tu corazón, si estás siendo ayudado en tus necesidades, etc. Ahora hay ocasiones en que pasamos desapercibidos, y tal vez los demás no notan nuestra necesidad, tristeza, o ausencia. Pero Dios no. El nos tiene en cuenta. El no deja pasar, para el no somos invisibles.

Además estas listas ayudaban a organizar las personas, tratar sus necesidades y definir responsabilidades. Es la misma razón por la que estamos distribuidos en charlas bíblicas (familias espirituales), para ayudarnos en nuestras necesidades, animarnos, enseñarnos y poder tomar responsabilidad unos por otros.

Incluso aparecía en los registros el total de sus pertenencias personales y cuanto donaron para el templo de Dios.(v.66-72). Y quedó escrito que el ejemplo de sacrificio partió del gobernador y los jefes de familia. El pueblo simplemente imitó el ejemplo de sus líderes. De nuevo percibimos que al final, la gente más que nuestras palabras, percibe nuestro ejemplo.

Ya existe una lista en el cielo del pueblo de Dios en Chile. Vamos adelante con la esperanza de llegar al cielo y darle la oportunidad a nuestros hermanos chilenos de ser parte de la familia de Dios.

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