viernes, 30 de octubre de 2009

Vamos por los 52 - Día 31

Día 31
Nehemías 8: 3-12

La palabra de Dios fue leída por horas mientras el pueblo escuchaba atentamente.Había un ambiente de alabanza y solemnidad. Comenzaron su reunión inclinándose delante de Dios y adorándole.
Necesitamos recordar cada vez que nos reunimos como familia espiritual, delante de quien estamos. Qué celebramos y a quien celebramos. El poder juntarnos a alabar a Dios es un regalo . Llegamos a la iglesia después de Dios donde han habido dificultades, mucho trabajo, o algunos problemas.. Pero tener un tiempo así como familia merece todo nuestro corazón. Tu entiendes a lo que me refiero. Es tan diferente cuando el espíritu de la iglesia está unido en alabanza, en lugar de tener unos hablando, otros distraídos. o egoístas mientras cantamos y aprendemos de la Biblia. Toma la iniciativa de disfrutar mucho más la oportunidad que Dios nos da de tener tiempos como estos durante la semana.

Mientras se leían los pergaminos, los levitas debían traducirlos y explicarlos al pueblo. El exilio había dejado su marca en las nuevas generaciones de israelitas. Habían crecido lejos de su tierra, y perdieron la cultura y el idioma. Las escrituras estaban en hebreo, y ellos habían adoptado el idioma de sus conquistadores, el arameo. Debido a esto era que necesitaban traductores.

Y cuando escucharon lo que decía la palabra de Dios, comenzaron a llorar. No dice porqué. Pero era claro que fue una situación general en el pueblo. La mayoría de los estudiosos concuerda en que fue el resultado de comprender y reconocer cuanto se habían alejado ellos y sus antecesores de la palabra de Dios. De ver como fue precisamente la desobediencia la que trajo como consecuencia el exilio. Ellos estaban confrontando sus corazones con la palabra, y eran cortados por ella.

En muchas ocasiones no entendemos las consecuencias de nuestras acciones y decisiones. La manera de vivir de los israelitas 140 años atrás los había llevado a ser desterrados, y durante el camino perder su idioma, sus raíces y su conexión como pueblo de Dios. Nuestras buenas y malas decisiones tienen trascendencia para las próximas generaciones. Básicamente nosotros dejamos como legado el estándar de cristianismo que nuestros hijos y los nuevos cristianos hereden al llegar a la iglesia. Nuestro nivel de compromiso, confraternidad, unión, devoción, alabanza, será para ellos el ambiente en el cual crezcan. Somos responsables de que no pierdan su conexión y legado como pueblo de Dios. (jueces 2:6-12)

Pero en medio de esto no podemos perder de vista lo que está pasando. Es una gran noticia. El pueblo está comenzando una verdadera renovación interior. una renovación espiritual, más allá de la simple reconstrucción de la muralla. Ahora, en el capítulo 8, vemos al pueblo entendiendo lo mismo que entendió Nehemías en el capítulo 1 cuando le contaron la situación de Jerusalén. Ahora ellos lloran como el lloró por su pueblo. Esto es increíble.

Todo camino de renovación espiritual comienza por el arrepentimiento. No he visto en las escrituras otra manera de que suceda. Jesús comenzó sus mensaje llamando al pueblo a "arrepentirse y aceptar con fe las buenas noticias". Muchas veces intentamos hacer grandes cambios en nuestras vidas, pero no partimos por reconocer donde estamos y las consecuencias que ha traído a nuestras vidas. Por eso , torpemente intentamos cambiar, y no lo logramos. O no lo hacemos de una manera sólida

El arrepentimiento significa, volverse a Dios, cambiar de dirección. Y este cambio de dirección sólo es posible cuando reconocemos que vamos en la dirección equivocada.

¿Cómo va el arrepentimiento en tu vida?¿ hay alguna área en la que debas cambiar de dirección?
el arrepentimiento es una buena noticia. Es la buena noticia que Jesús nos trajo. Es la buena noticia del perdón y la restauración.

Sin embargo Esdras llamó al pueblo a celebrar. El propósito de ese día era celebrar a Dios. Celebrar que habían vuelto del destierro. Celebrar que estaban establecidos. Celebrar que habían logrado la reconstrucción. Celebrar la bondad de Dios y su amor. Ya iban a tener tiempo para profundizar en el arrepentimiento.

Qué buena noticia es saber que nos estamos condenados a quedarnos en nuestros pecados. Que somos perdonados, limpiados. Que Dios ha mostrado y sigue mostrando su bondad.

Hay muchas razones para celebrar. Celebremos pues, a nuestro Dios

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