viernes, 23 de octubre de 2009

Vamos por los 52 - Día 24

Día 24
Nehemías 6:5-8

No lograron amedrentarlo, y ahora buscaban desacreditarlo, utilizando rumores que ponían en duda sus intenciones para querer ayudar a los habitantes de Jerusalén.
Lo hicieron en una carta abierta, para que todos la escucharan. Querían que el pueblo perdiera la confianza en su líder, y que el, intimidado por el temor de que el rey se enterara de los rumores, desistiera de su trabajo. Sambalat sabía que lamentablemente, en un principio, la gente está dispuesta a creer todo lo malo que se diga de otros. Ellos conocían el poder y la fuerza que tiene un rumor.

Esta nueva amenaza tenía algunos elementos importantes para darle fuerza:
- Corre el rumor. Se está diciendo. Es algo que muchos piensan
- También lo dice Guesem. Alguien reconocido piensa igual que yo.
- Están planeando una rebelión. Hay planes ocultos detrás de la reconstrucción.
- Tu vas a ser el rey. Tus intenciones no son realmente buenas. Te interesa el poder. Lo que haces, no lo haces por servir, sino para ganar poder.
- Ya has nombrado profetas que te proclamaran rey. Ya está todo planeado. Es un hecho lo que estás haciendo. Se ve claramente que es así.. Tenemos pruebas.
- El rey puede enterarse. Estás perdido. Tenemos pruebas. El nos va a creer.

Es increíble la cantidad de cosas que se generan en los chismes y rumores.
¿Has estado involucrado alguna vez en medio de chismes y rumores?
¿Ves como van creciendo , y cada vez que alguien lo menciona le aumenta algo?

No es extraño encontrar rumores por gente que pone en dudas nuestros deseos de ayudar a los demás.

Era más fácil para la gente creer que Nehemías estaba buscando un interés personal, que creer que lo hacía por amor a su pueblo. Lamentablemente los seres humanos tenemos la tendencia de dudar de las buenas intenciones, y de creer rápidamente en las intenciones ocultas. Nos es fácil cuestionar a los demás. Piensa cuantas veces hemos creído rápidamente cuando alguien nos habla mal de otro.

De la misma manera, en una sociedad que busca el bien propio por encima del de los demás, es extraño que alguien quiera enseñar la Biblia a otro sólo porque desea que se acerque a Dios. Que lo busque, lo llame, dedique tiempo para verlo, sólo porque desea que cambie su vida; que le abra las puertas de su casa, lo invite a participar de las reuniones, solo porque quiere ser su amigo. Las personas esperan que queramos algo mas. El amor nunca ha sido algo lógico. En ocasiones, van a inventar rumores acerca de ti. Sin embargo, podemos con alegría vivir el mismo cristianismo que vivió Nuestro Señor (Juan 15:18-21, 1 Pedro 4:1-5).

Hace un tiempo atrás escuché esta historia:

LOS TRES COLADORES DE SÓCRATES
Un día alguien llegó muy agitado ante Sócrates:
- Oye, Sócrates, como amigo tengo que contarte...
- Un momento, ¿Has pasado lo que tienes que decirme por los tres coladores?
- ¿Tres coladores?
- Sí, amigo: tres coladores. El primero es la verdad. ¿Has comprobado que todo lo que vas a decirme sea verdad?
- No, lo he oído contar y...
- Bien, bien. Pero de seguro lo has hecho pasar a través del segundo colador, el de la bondad. Porque si no es del todo verdad lo que tienes que contarme, ¿tiene al menos algo de bueno?
- No, al contrario...
- Probemos, pues, de servirnos del tercer colador y preguntémonos si es útil contarme lo que tanto te agita.
- Útil, precisamente...
- Pues bien -dice Sócrates- si lo que tienes que decirme no es ni verdadero ni bueno ni edificante, olvídalo y no te preocupes más por ello que yo.

¿Eres alguien que hace caso de rumores y chismes? Si te involucras en ellos, o acostumbras escucharlos, debes saber que tarde o temprano dañan tu corazón y el de los demás. (Proverbios 18:8)

Los rumores y chismes han dañado la reputación de personas, han destruido relaciones, han manchado buenas intenciones.

Para que los rumores tengan vida, necesitan trasmitirse. Para trasmitirse se necesitan dos tipos de personas: los que los comunican y los que los escuchan. Tú y yo decidimos si vamos a ser ese tipo de personas.

Hoy, aprendamos a usar los tres coladores. Eso va a cuidar nuestro corazón y el de otros.

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