miércoles, 18 de noviembre de 2009

Vamos por los 52 - Día 50 - Faltan 2

Día 50
Nehemías 13:23-27

Nehemías sigue narrando las decisiones que fue necesario tomar para restaurar las convicciones del pueblo.
Se necesita mucho corazón para no desanimarse ni cansarse. Tuvo que tratar una situación tan delicada como los abusos del sacerdote Eliasib, restaurar la ofrenda y llevar a los sacerdotes y levitas a servir nuevamente, tratar la falta de respeto con el día de reposo y organizar centinelas para no permitir comercio los sábados, y ahora tratar los matrimonios con mujeres extrajeras.
La mayoría de nosotros a la mitad del camino ya hubiéramos desistido, desanimado o dejado a un lado.
Una tentación cuando hay varias situaciones por resolver, es después de un rato sentirse cansados y dejar pasar las cosas. Nehemías se podía haber quedado con lo que había hecho y dejar sin resolver esta situación. Pero el siguió adelante.

Algunos judíos se habían casado con mujeres extranjeras, y el resultado era que sus hijos ya ni siquiera sabían la lengua judía. Estaban perdiendo sus raíces, su cultura, pero más que nada, su fe. Las nuevas generaciones estaban destinadas a crecer bajo una cultura pagana.

Podemos ver aquí hasta donde llegó la influencia del pecado de Eliasib. El permitió que Tobias, el amonita, tuviera sus pertenencias en un cuarto del templo. Con su actitud, al emparentar con Tobías, y muy posiblemente con sus enseñanzas, comenzó a poner la idea de que no era tan necesario malo mezclarse con los demás pueblos aunque sus creencias fueran lejanas a la fe del pueblo de Dios. No tardó mucho tiempo para que los demás judíos dejaran a un lado sus convicciones y terminaran casándose con mujeres extranjeras.

Hemos hablado varias veces respecto al ejemplo. Ahora tenemos una demostración de cómo el mal ejemplo deja como herencia alejamiento de la voluntad de Dios. Debemos ver con reverencia a Dios el tipo de ejemplo que estamos dando a los que están a nuestro alrededor.

Esta vez Nehemías discute con ellos. Esto indica que en un principio hubo excusas, razones, justificaciones, ante los reclamos de Nehemías. Y ante esta situación, pierde el control: los maldice , los golpea y los hiere. Es evidente como su enojo se había convertido en rabia. Después de todo lo que hemos aprendido de Nehemías, es alentador descubrir que no estamos aprendiendo de alguien perfecto, sino un ser humano imperfecto como nosotros.

Y Nehemías les recuerda que uno de los reyes más importantes de Israel, el hombre más sabio de su tiempo, se desvió por no tener en cuenta los mandamientos de Dios. Cualquiera de nosotros puede desviarse si comienza a dejar de un lado las enseñanzas de la Biblia, a bajar el estándar de los mandamientos de Dios, y a vivir según su propia sabiduría.

¿Estás dando excusas para no hacer lo que agrada a Dios?
Hoy miremos lo que pasó con estos hombres, y tomemos las decisiones que hagan falta para no desviarnos.

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