domingo, 15 de noviembre de 2009

Vamos por los 52 - Día 47 - Faltan 5

Día 47
Nehemías 13: 4- 9

Nehemías comienza este párrafo diciendo : Antes de esto, es decir, a mostrarnos cuales fueron los hechos que llevaron a que el pueblo se desviara.
Después de 12 años como gobernador, Nehemías volvió a Susa. Allí estuvo por algún tiempo, antes de pedirle permiso al rey para volver. Los historiadores dicen que ese lapso de tiempo fue entre 8 y 15 años, aunque la mayoría concuerda que fue más cerca de los 8 años.
Durante este tiempo comenzaron a suceder algunas cosas. Tobías no pudo vencer a Nehemías ni parar la reconstrucción, pero vio una oportunidad con su ausencia . En el capítulo 6, nos deja constancia de que existía correspondencia y relaciones entre Tobías y gente importante de Jerusalén.
Ahora vemos las consecuencias. Eliasib, uno de los sacerdotes, era pariente de Tobías, y como tenía a cargo los almacenes del templo, le cedió uno de los cuartos donde se guardaban las ofrendas. Este era un lugar consagrado, y no dejó de hacerlo.
Esto no era un secreto para el resto de sacerdotes y levitas, para los gobernantes, ni para el pueblo. Y sin embargo no hicieron nada. Lo toleraron. Aunque sabían que estaba pecando contra el templo de Dios. Lo veían suceder cada vez que el usaba ese cuarto. De seguro lo comentaban entre pasillos, pero no tenían el coraje para confrontar la situación.

No sabemos si era porque Eliasib era sacerdote, y esto hacía que lo vieran como un hombre de Dios y no se atrevieran a decirle nada, o porque estaban esperando a que otro hiciera algo, o por simple miedo. Pero algo si sabemos. Por varios años, entre todos los habitantes no hubo un gobernante, sacerdote, o Israelita que parara lo que estaba sucediendo. Es algo que me asombra y me asusta.
Hermanos, aquí hay una gran lección. Aunque no sabemos cuál era el trasfondo por el que no actuaron, si podemos saber cuál era la causa principal. No tenían celo por Dios. Tenían más temor de hombres que de Dios. Y terminaron tolerando el pecado . Básicamente, se hicieron cómplices silenciosos del pecado de Eliasib.

¿Qué haces cuando ves que algo no está andando bien en el pueblo de Dios?¿Cuando ves pecado sin tratar?Es más fácil hablar entre pasillos. Es más fácil quejarse con otros o criticar, pero vemos que entre miles de Israelitas no hubo uno capaz de enfrentar la situación y cambiarla.

Este punto es muy fuerte, porque habla del carácter y del celo por Dios. ¿Has visto alguna vez a alguien pecando, varios lo saben, y no hacen nada? Y luego, cuando todo termina mal, se ven esos varios diciendo: yo lo sabía, yo me había dando cuenta, como si eso los hiciera más importantes.

No tenemos certeza pero es posible que Nehemías haya vuelto a Jerusalén porque recibió noticias de que las cosas no andaban bien.

Y aquí vemos de manera notable lo mismo que hemos estado aprendiendo del carácter de este hombre. Ya había dicho antes: los hombres como yo no huyen ni se esconden. Y así fue.

Dice la biblia que se disgustó mucho. Claro que si. El lugar sagrado que había sido consagrado para las ofrendas y los utensilios del templo, ahora estaba ocupado por muebles para hospedar a uno de los principales enemigos de la reconstrucción. Tenía razones para estar enojado.

No tuvo reparos en cambiar la situación. Inmediatamente mandó que se sacaran los muebles, se purificara el lugar que había sido profanado, y se usara de nuevo para el servicio del templo.

Vemos nuevamente a Nehemías cambiar en un momento lo que no había cambiado en años. Sólo hacía falta un hombre celoso de Dios y determinado a hacer su voluntad para que las cosas cambiaran. Ojala Dios nos de más hombres y mujeres así. Oremos porque Dios nos haga hombres y mujeres así.

El pasaje nos lleva de vuelta a un tema que habíamos tratado anteriormente.

¿Tienes celo por Dios? ¿Permites el pecado o lo tratas? Recordemos las palabras de Pablo al tratar en la iglesia primitiva un tema que estaba lejos de la palabra de Dios: "Yo no busco la aprobación de los hombres sino la aprobación de Dios. No busco quedar bien con los hombres. ¡Si yo quisiera quedar bien con los hombres , ya no sería un siervo de Cristo!"

No hay comentarios:

Publicar un comentario