miércoles, 4 de noviembre de 2009

Vamos por los 52 - Día 36

Día 36
Nehemías 9:22-37

El maestro Esdras está recordando en su oración toda la historia del pueblo de Israel.

(v.22-25)La generación que salió de Egipto había muerto en el desierto. Sólo sobrevivieron Josué y Caleb. La nueva generación fue la encargada de conquistar la tierra prometida. Y la conquistaron. Pero no fue su fortaleza o su capacidad militar la que les permitió conquistar la tierra de grandes naciones. Fue Dios quien les dio la victoria, quien los llenó de bendiciones, quien les dio abundancia.
(v.26, 28) Y aún así, el pueblo no lo reconoció, y se desvió. La nueva generación hizo lo mismo que sus ancestros. Dios les envió profetas para advertirles de su mala conducta, pero ellos despreciaron su palabra y mataron a los profetas.
Esto es tan real. Dios nos envía advertencias cuando estamos tomando el camino errado. Pone situaciones, personas, para hablarnos.
¿Cómo reaccionas tu cuando alguien te advierte que estás obrando mal? ¿Cuando te corrige sobre tu conducta? Los israelitas mataron a quienes les hablaron así. Nosotros no lo hacemos, pero si los podemos rechazar. Evitarlos. Enojarnos con ellos.
¿Eres alguien que aprende de sus errores y tiene la capacidad de cambiar? Estos hombres no aprendieron de los pecados de sus padres, ni siquiera de sus propios pecados.

Sin embargo, vemos la misma respuesta de Dios en toda la historia de la humanidad. Ellos pecaban, vivían las consecuencias, se arrepentían y pedían ayuda, Dios los perdonaba y rescataba.
Es lo mismo que sigue haciendo con nosotros. Nos perdonó ayer. Y está dispuesto a perdonarnos hoy.
Ahora bien, tarde o temprano vienen consecuencias si seguimos en la misma situación.
El tema clave con el pueblo de Israel, fue su terquedad a la hora de pecar.
¿Consideras que has sido terco con Dios en alguna área ?¿ algún área en la que vuelvas a lo mismo vez tras vez?

Si queremos aprender de la historia de israel, necesitamos reflexionar y comenzar a dar pasos para el cambio.
(v.32-37) Ellos no dudaron en reconocer que han vivido tiempos difíciles por su pecado. Reconocen que es por su culpa, y no porque Dios haya sido injusto. Ellos desobedecieron y fueron infieles a Dios.

Tomar responsabilidad es un acto de madurez. Generalmente nos excusamos en los demás, en las situaciones, e incluso en Dios . Y evitamos mirarnos a nosotros mismos. Generalmente en los conflictos es muy fácil identificar lo que hizo mal el otro, pero nos cuesta ver nuestra propia parte . Me he dado cuenta que en ocasiones nos cuesta mucho enfrentar las consecuencias de nuestras malas decisiones, nuestra terquedad y nuestro pecado. Cuando vienen los tiempos difíciles nos quejamos de Dios y lo cuestionamos. Y precisamente esta actitud es la que nos impide dar los pasos para cambiar.

Ellos llegaron a decir. Hoy somos esclavos porque no seguimos tus caminos; estamos afligidos porque nos separamos de ti.

¿Cómo es para ti? ? ¿Consideras que te es fácil reconocer y aceptar cuando te equivocas o pecas?

Esta oración es la historia de la relación de Dios con el pueblo de Israel. Tu y yo tenemos nuestra propia historia. Y estoy seguro de que podemos reconocer rápidamente la bondad y paciencia de Dios.
¿qué partes de tu historia no te gustaría volver a repetir? ¿Consideras que estás tomando las decisiones correctas para que esto no pase?

Yo deseo que mi historia sea diferente a la de Israel. Te invito a que sueñes lo mismo y trabajemos juntos para que así sea.


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